El Pinto Elemento

Fin de semana capitalino. Todo improvisado. El ticket a galucha cayó del cielo. Entre ir y no ir estaba clara la opción. Por lo demás, si algo tenía claro es que Williams garantizaba un megaevento, mucho más que otro recitalcillo de tantos.
No había la efervescencia popular de febrero pasado. Todo ordenado, tal vez apelando a la mayoría femenina que acudió desde temprano. Fue expedito el ingreso aunque siempre se ve a más de algún novato que debe dejar la mitad de la carga en la entrada. Por más que hay carteles o que carabineros entregue instrucciones en la trastienda siempre habrá alguna despistada con la botella gigante de agua mineral o las frutas de estación requisadas.
El resto, lo de siempre. Espera. Larga, monótona. El Ipod hace milagros para acortar el día. Lo bueno de llegar temprano, aunque estés al otro lado del estadio es que puedes escoger el mejor ángulo. Ya me habían dicho que la vista sería limitada pero la idea era “escuchar” y disfrutar en algo las doce lucas. Cierto, se ve poco y nada.
Una diferencia sideral entre los artistas americanos y los ingleses es que estos últimos respetan la hora al dedillo. Nueve de la noche en punto, frío primaveral permanente y Williams salía a escena con una banda detrás que sonó impecable. Despliegue escénico que se pudo apreciar con “Radio” y con “Rock DJ”. Luces, pantallas gigantes, mucha parafernalia y el supuesto depresivo cantando potentísimo. Eso dura el impacto macro, las bailarinas, los efectos de las llamas, las luces. De ahí en adelante Williams hace de maestro de ceremonia y simplemente se roba la noche.
Quien haya escuchado o visto shows del inglés –como el clásico Live at Knebwort ante 350 mil personas- sabe que el tipo conversa, que bromea y que se “hace el lindo”. Es irreverente, juega con el público y se para en el plató como en el living de su casa. Sus músicos, acostumbrados a girar por el mundo, conocen sus arranques de ironía y se coordinan tan bien que parecen ajustarse a un guión planificado. No es así, hay feeling y calidad. Son artistas “de primera”. Anoche, diez puntos.
Nunca escuché tanto alarido junto. Si las mujeres mantuvieron el orden en la previa créame que en pleno espectáculo pierden los estribos. Lloran, se abrazan, chillan y cantan al mismo tiempo. Histeria colectiva. Por eso le creo la pataleta a la Bea cuando leó su blog. Es más, puedo asegurar que como ella, anoche muchas chilenas descubrieron que son multiorgásmicas con sólo ver a un tipo arriba de un escenario.
Creo que la mejor de las tallas –hizo mucha broma- que le escuché fue la de los “fuckin Chinos”. Tiene sus alcances. El tipo quería explorar otras latitudes y se vino a recuperar el ego dañado en estas tierras donde aún no es ídolo. Lo que suspendió en Asia es parte de la gira mundial que vendió dos millones de tickets en un solo día. Público ganado. Ayer venía a conquistar el otro lado del hemisferio sur.
Las dos horas se pasan volando. Uno echa de menos canciones pero el set escogido fue bastante idóneo para mostrar su nuevo material, entre ellas “Rudebox”, su nueva canción que fijo pegará luego en todas las radios. Mató la velada con “Angels” y selló un espectáculo perfecto. Me quedé con la sensación de haber asistido a otro de los “imperdibles”. Un peldaño más abajo que U2 pero magnífico en su calidad de sonido. Si Williams hace alguna otra gira mundial sin duda escogerá Chile porque acá se sintió a gusto. Y el público entendió que no se trata de otro artistilla que suena en el dial. Es un “peso pesado”. De lo mejor que existe hoy en el mundo del showbusiness. No hay duda. No existe plata mejor invertida…

After Post 1: Me he reído tanto con el Lolo Flaite de los dos blogs fracasados que vino a dejarme insultos durante el fin de semana (a mi me pueden insultar, a mis lectores no) que he decidido dejar al arbitrio popular su destino.
1. Decimos quien es y le dejamos un libro de visitas para que despotriquen contra él.
2. Soy un buen samaritano y le hago un link entre las chicas blogueras que recomiendo en este sitio para que por primera vez esté rodeado de puras minas ricas.
3. Lo invito con pasaje incluído al Gran Cumpleaños Gran del notable Jano Ceratiego para que gane amigos y no esté tan sólo en este mundo.
4. Nos olvidamos de él como otro de los tantos soldados anónimos que quiso y no pudo.

After Post 2: ¿Alguien me puede explicar qué cresta es eso del Mister Blogger y por qué viene a parar el tema A ESTE BLOG donde lo superficial se supone que se filtra? Gracias...

# Opinó... RIPNE a las 4:27 p. m.