El Pinto Elemento

Dicen por ahí que hay guerras que vale la pena pelear. Si, sin ninguna duda. Las buenas guerras valen la pena el sacrificio.
Eso, no quita que en medio de esos esfuerzos sublimes, movidos por el buen deseo y el corazón abierto, aparecen confusas y absurdas veleidades, ánimos belicosos y mal habidos que sin tener velas en el entierro se dedican a ensuciar un pasado y concientemente luchan –sin éxito a partir de lo que yo siento- por derribar una Torre de Babel que levantaste a pulso, con esfuerzo, paciencia y devota dedicación.
Es cierto. A veces quieres ver debajo del agua y si bien cuesta, en ocasiones logras sacar algunas imágenes del fondo, cuando de bucear en la incertidumbre se trata. Lo complicado es cuando –volviendo al tema de las batallas inútiles dentro de una guerra útil- tiendes a sumergirte en un oscuro fondo de alquitrán, apelando al vago esfuerzo de mirar alrededor.
Así como ese tiempo precioso se deshecha en nimiedades, cuando te mueve -o al otro lo moviliza- la porfía, el orgullo o la rabia, es ese mismo y sabio tiempo el que te emerge de tan oscuro espectro, te lleva a la superficie y de golpe puedes ver todo claro, sin dudas, ni terceras e interesadas motivaciones que te cieguen.
Sabrá usted que lee este sitio, que siempre presumo de mirar la mitad del vaso lleno, eso porque el resto simplemente ya no está. Y quien reclame cómo, cuándo y por qué se consumió simplemente cae en la absurda idea de inventar la rueda triangular. Vago esfuerzo en definitiva.

Hay momentos en que un ataque, una mala acción o el atisbo de una traición recibida –aunque sea inconsciente- te desorienta, te desenfoca. Allí es donde, tras el agasajo de la burla tiendes a devolver las dagas con mejor puntería. Cuando la agresión se recibe con la mano escondida y acusando evidencia en el camuflaje la devuleta de mano es feroz y muchas veces noqueadora.

Cuando Pase El Temblor - Soda Stereo (El Ultimo Concierto 1997): Despiértenme. Sigo aguardando el temblor...

Camuflage -Cerati (Siempre es Hoy, 2002): La eterna adicción de Cerati por escribirle a las relaciones urbanas escondidas en caretas, las que en algún momento siempre terminan por desprenderse y dar paso al real naked del alma y el cuerpo.

Pero el tiempo pasa. Y así como las heridas recibidas a mansalva te cortan, te duelen, te sangran y luego cicatrizan, piensas en la contraparte, en la realmente importante, no en los pastelazos no invitados que se metieron en el entuerto. Es allí donde surgen las buenas lecciones.
Hoy sé que quien ayer no me trató de la mejor manera –o la que yo esperaba supongo- tiene atisbos de felicidad después de desgastarse en rounds innocuos. Y no sé si es el efecto Heineken de anoche pero me embarga una bonanza inmensa por ello. O qué se yo...

Sólo sé que a mi, la gente que me marcó, que tuvo su etapa o que dejó cosas siempre estará en mis deseos de felicidad aunque haya habido platos e insultos de por medio. Eso pasa en las mejores familias. El buen deseo, la invocación de la buena estrella es lo que cuenta.
¡Feliz! Dicen que la felicidad plena no se alcanza, que es momentánea…

Qué importa, si uno la desea para los demás que te interesan y punto. El cómo se manifieste dependerá de las expectativas de cada uno. La intención es la que vale, ¿no?

Por eso apelo a este acto de redención personal. Por una deuda quizás conmigo, quizás con ese alguien, quizás con “un todo”. Por mera integridad, por paz mental.

¿Y a usted? ¿Alguna vez le pasó que respondió ataques sin darse cuenta que, por muy justificados que creía, dañaban a gente que querías y por tanto, te dañaban a ti mismo?

No digo que sea una buena práctica pero quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra o cobre la primera ronda. En esto de las pasiones buenas versus las malas siempre triunfa la esencia de la persona, muchachos. Es indesmentible el accionar para juzgar a los seres humanos.
Dicen que la honestidad es una virtud, yo creo que es una obligación. Si alguna vez estuvieron en “esta” y sacaron esa conclusión sabia o alguna parecida, super… Brindo por el que salió bien parado de estas raras ecuaciones de la vida.

Carnaval de Brasil - Andrés Calamaro (La lengua Popular, 2007): El homenaje del Bob Dyan latino a la incesante búsqueda de ese género escaso llamado "musas"...

Salud, Dinero y Amor - Andrés Calamaro (Para No Olvidar Recopilatorio, 2001): Nada que brindar por ls mujeres, por la victoria, por el empate, por el fracaso, por el que un amigo paga el vino, por lo que yame olvidé de brindar...

Por una Cabeza _Andrés Calamaro (Tinta Roja, 2006): El mejor tango escrito en la historia de tan singular composicion bohemia. El más sabio de todos. Nótese la virtuosidad del maestro Juanjo Domínguez en a guitarra.

Los Rodriguez - Para No Olvidar (Palabras Más, Palabras Menos, 1995): La banda hispano argentina liderada por Calamaro y Roth en su mejor momento creativo. Esta letra es maravillosa. Tal vez, lo mejor de la vida, lo menos alcanzable, lo perdurable o incluso lo adorable sólo lo puedes encontrar dormido.

# Opinó... RIPNE a las 11:03 p. m.