martes, febrero 27, 2007
Elemento Feed Back: ¡¡¡Oye poh flaco, te faltó una!!!
No me interesa que el post se preste para presumir. Ni por mi parte ni menos por la de ustedes. Poco importa la colección de tickets que tenga en el baúl de los recuerdos.
Lo que pasa es que la efeméride conlleva réplica. Hace un año -el 26 para ser rigurosos- estaba en medio del espectáculo más impresionante que se haya presentado en suelo nacional. La gira Vertigo Tour trajo al Estadio Nacional a U2 y a Franz Ferdinand.
Más que Jackson y su ballet laser en el '93. Más que los irrespetuosos Guns y su show ultratrasado, más que los inmortales Stones, que Pearl Jam y su magica noche de lluvia, Stewart en el primer Mega Evento, que el reencuentro de Los Prisioneros o que los mismos irlandeses en el Popmart del '98. El mayor despliegue de personas, estructuras, marcas y personas de todo el background musical patrio. Créame.
Podemos disentir. Mi percepción va más allá del fanatismo. Usted tendrá la suya.
La verdad es que el asunto no es lo de fondo. Quiero apelar a su inconformismo. A la mitad del vaso vacío, a la que quedó pendiente entre tanto éxtasis del alive. Algún show tendrá en su bitácora personal. El que sea.
Y en alguno se quedó con las ganas de cantar la que nunca llegó...
Si los Stones no hicieron Slipping Away, si Collins no desparramó alaridos con If Leaving Me Is Easy o con I Wish It Would Rain Down, si Jackson no cantó Liberian Girl, si Oasis no tocó Slide Away o Supersonic, si Robbie Williams no jugó con Mr Bojangles, Los Prisioneros no interpretaron "Es Demasiado Triste" porque "era demasiado incómodo" hacer canciones del disco más brillante que nace justo cuando se separan, si U2 no se dignó a complacerme con Tryin' To Throw Your Arms Around The World, Desire o In a Little While, si los Simple Minds me dejaron con las ganas de escuchar Wall of Love...
Eso... En vivo o por la tele, internacional o nacional, en galucha o el VIP algún día vio un show que le pareció notable. Casi perfecto...
El casi se lo dejamos a un pequeño detalle... ¿Cuál fue? ¿O mejor dicho qué canción, baile, performance? Siempre hay algo que nos quedan debiendo...
Lo que escucho: Tryin' To Throw Your Arms Around The World - U2 (Zoo TV Live, 1994): Una canción originalmente incluída en Achtung Baby de 1991 y que en su versión estudio es dominada por el bajo de Clayton. Acá predomina The Edge y su guitarra inconfundible. Go run to you, woman I will... Sublime.
sábado, febrero 24, 2007
Elemento Feed Back: "La Inolvidable"
Miraba el blog de la Lore y a partir de su anécdota y un comentario que allí hice surge mi inquietud. No tengo dudas. De vez en cuando es bueno echarle una miradita a la mitad del vaso lleno.
Más cuando todos tienen una salida inolvidable. La escapada que le marca las conversaciones por años. "La inolvidable"
Ese "te acordai de.." que se repite proporcionalmete a la borrachera o el estado de melancolía radical.
Es término de verano y aunque no es rígido, el pantallazo en la memoria con esos "días felices" tiende a relacionarse con la época. Yo, por ejemplo, me escapaba a mochilear por el día. Claro, con la tropa de rigor salíamos a la carretera 5 Sur y hacíamos el viaje desde Mulchén hasta un balneario llamado Esperanza. Si daba el tiempo, seguíamos algunos kilómetros hasta el mismísimo Puente Malleco en Collipullí. Mi devoción por esa estructura viene de pendejo. Tal vez por eso mismo me lancé en benji en una exposición de deporte aventura, otra "que cuento como gracia". Porque mi sumo respeto a la altura y a ese gigante de fierro hacen que tenga una deuda pendiente con él y el salto a la nada.
Ven, un ejemplo de "la que hiciste" y "la que te falta por hacer".
Pasé veranos viajando, otros confinado en la pega, algunos en el típico campamento "de ocasión" -esos que terminan siendo tan improvisados como perfectos-, estuve un mes semi-concentrado para una eliminatoria regional de fútbol mientras mis amigos se reventaban carreteando, en fin. Aún así, tengo menos rollo aventurero que muchos -sino todos- los que conozco. Porque no importa cuánto invertiste, en qué edad, las personas con las que estuviste, lo mucho que planificaste... La vida se encarga de hacer memorables ciertos pasajes de nuestra vida. Justo cuando hay menos expectativas. Es la gracia. ¿Se acuerdan ahora?
Ese "te acordai de.." que se repite proporcionalmete a la borrachera o el estado de melancolía radical.
Es término de verano y aunque no es rígido, el pantallazo en la memoria con esos "días felices" tiende a relacionarse con la época. Yo, por ejemplo, me escapaba a mochilear por el día. Claro, con la tropa de rigor salíamos a la carretera 5 Sur y hacíamos el viaje desde Mulchén hasta un balneario llamado Esperanza. Si daba el tiempo, seguíamos algunos kilómetros hasta el mismísimo Puente Malleco en Collipullí. Mi devoción por esa estructura viene de pendejo. Tal vez por eso mismo me lancé en benji en una exposición de deporte aventura, otra "que cuento como gracia". Porque mi sumo respeto a la altura y a ese gigante de fierro hacen que tenga una deuda pendiente con él y el salto a la nada.
Ven, un ejemplo de "la que hiciste" y "la que te falta por hacer".
Pasé veranos viajando, otros confinado en la pega, algunos en el típico campamento "de ocasión" -esos que terminan siendo tan improvisados como perfectos-, estuve un mes semi-concentrado para una eliminatoria regional de fútbol mientras mis amigos se reventaban carreteando, en fin. Aún así, tengo menos rollo aventurero que muchos -sino todos- los que conozco. Porque no importa cuánto invertiste, en qué edad, las personas con las que estuviste, lo mucho que planificaste... La vida se encarga de hacer memorables ciertos pasajes de nuestra vida. Justo cuando hay menos expectativas. Es la gracia. ¿Se acuerdan ahora?
Sucede que todos la hicimos alguna vez. Recuerde... El día que se sintió más descansado que nunca. La vez que lo pasó mejor, cuando no paró de sorprenderse, cuando cumplió un deseo atesorado por años, el holiday en su máxima expresión, lo que hizo queriendo o sin querer... Pero le quedó grabado de por vida.
La que siempre cuenta... La inolvidable. Dele, acá puede dejar su marca.
La que siempre cuenta... La inolvidable. Dele, acá puede dejar su marca.
jueves, febrero 22, 2007
Elemento Feed Back: ¡Aún tenemos festival, conciudadanos!
No me lo podrán negar. Nuestras infancias, vacaciones juveniles y años "dorados" tienen algún recuerdo ligado al Festival de Viña del Mar. Poco importa que en estos días, el señero ritual se rinda a los pies de la farándula absorvente. Que anteayer, el eco mediático fuese el vestido infartante de la Bolocco, que ayer fue el llanto de la Olivarí por mal sexo conyugal y hoy sea la teta intencionalmente al aire de la mismísima diva chabacana. Da lo mismo que traigan filete -tipo Mayumana- para una plebe acostumbrada a comer puchero. Que sea más importante la elección de reina que la de una canción ganadora en las competencias. Que lo único no desechable en el evento sea el Chico Horacio Saavedra, que el jurado no tenga idea de música, que mezclemos carne con charqui en la parrila de artistas...
El festival sigue siendo -para mi al menos- el escenario más sagrado en suelo chileno. Yo me acuerdo de la rutina clásica de los Dinamita Show. O de la noche en que Creedence Clearwater Revisited era anunciado como un grupo de parche y la guitarra de Elliot Easton -ex The Cars- dejó a la gente con la boca abierta y pidiendo otra. Sé que Opus cantó Live is Life hasta en versión 12 pulgadas, que The Police es "por lejos" la mejor banda que pasó por Viña -fue en 1982, año antes de cuando ganaron el grammy a Mejor Disco por Sinchronicity y Mejor Canción por Every Breath You Take -, que el último gran número internacional que llegó fue Franz Ferdinand en 2006... Y sé que el festival musicalizaba mis febreros desde cabro chico. Un clásico, un rollo tan común como la sandía, el traje de baño o los amores de verano.
Cierto. Hasta 1989, antes de los mega eventos en Chile, la Quinta Vergara fue el principal escenario artístico que el pueblo podía disfrutar con cierta "apertura". El gobierno de Pinochet -cuál similar argentino en 1978 con el mundial- inyectaba considerables sumas de dinero en traer números de peso para ocultar sus horrores y alterar la atención acallando las voces demandantes de justicia. Se contrataba lo que estaba pegando en otros rincones del primer mundo. Ray Conniff, Gloria Gaynor, Cheap Trick, Europe, KC and The Sunshine Band, Reo Speedwagoon, Julio Iglesias, Roberto Carlos, Miami Sound Machine con Gloria Stefan, Bosé, Mr Mister... Ufff, tantos más. Calidad y chanterío mezclados sin pudor. Como hoy, como siempre.
Pero quiero apelar a su yo nostálgico porque el festival evoca recuerdos. Echa a andar la memoria emotiva. Cuénteme de qué se acuerda más. Aquella jornada que gatilla rememoranzas, un momento específico de su vida, la notable rutina humorística que provocó lo hicieran callar por su risa desgarbada, la frase clásica que se hizo inolvidable, la canción específica que coreó a pulmón, qué se yo. Puede que alguna melodía pegajosa que musicalizó sus vacaciones. O alguna pifia que lo sobrecogió singularmente, la actuación "x" que lo hizo fan, incluso la vez que estuvo in situ disfrutando el show, etcétera.
Ya sabe... Juegue.El festival sigue siendo -para mi al menos- el escenario más sagrado en suelo chileno. Yo me acuerdo de la rutina clásica de los Dinamita Show. O de la noche en que Creedence Clearwater Revisited era anunciado como un grupo de parche y la guitarra de Elliot Easton -ex The Cars- dejó a la gente con la boca abierta y pidiendo otra. Sé que Opus cantó Live is Life hasta en versión 12 pulgadas, que The Police es "por lejos" la mejor banda que pasó por Viña -fue en 1982, año antes de cuando ganaron el grammy a Mejor Disco por Sinchronicity y Mejor Canción por Every Breath You Take -, que el último gran número internacional que llegó fue Franz Ferdinand en 2006... Y sé que el festival musicalizaba mis febreros desde cabro chico. Un clásico, un rollo tan común como la sandía, el traje de baño o los amores de verano.
Cierto. Hasta 1989, antes de los mega eventos en Chile, la Quinta Vergara fue el principal escenario artístico que el pueblo podía disfrutar con cierta "apertura". El gobierno de Pinochet -cuál similar argentino en 1978 con el mundial- inyectaba considerables sumas de dinero en traer números de peso para ocultar sus horrores y alterar la atención acallando las voces demandantes de justicia. Se contrataba lo que estaba pegando en otros rincones del primer mundo. Ray Conniff, Gloria Gaynor, Cheap Trick, Europe, KC and The Sunshine Band, Reo Speedwagoon, Julio Iglesias, Roberto Carlos, Miami Sound Machine con Gloria Stefan, Bosé, Mr Mister... Ufff, tantos más. Calidad y chanterío mezclados sin pudor. Como hoy, como siempre.
Pero quiero apelar a su yo nostálgico porque el festival evoca recuerdos. Echa a andar la memoria emotiva. Cuénteme de qué se acuerda más. Aquella jornada que gatilla rememoranzas, un momento específico de su vida, la notable rutina humorística que provocó lo hicieran callar por su risa desgarbada, la frase clásica que se hizo inolvidable, la canción específica que coreó a pulmón, qué se yo. Puede que alguna melodía pegajosa que musicalizó sus vacaciones. O alguna pifia que lo sobrecogió singularmente, la actuación "x" que lo hizo fan, incluso la vez que estuvo in situ disfrutando el show, etcétera.
Lo que escucho: Pulsar- Gustavo Cerati (Amor Amarillo, 1993): La canción y el artista que espero oír este año brillando en escena festivalalera. Ojalá, sin algún público irrespetuoso o ignorante pidiendo las canciones de la mala época Soda Stereo o pifiando por ver al meloso de costumbre que pasó cantándole odas a la cebolla.