El Pinto Elemento

Taste It - INXS (Welcome To Wherever You Are, 1992): En medio de la moda engrupida del grounge, la pose del garage, el pelo largo, el grito desgarbado y la camisa a cuadros, la banda de Hutchence apelaba a algo más real. Dejaba el clásico pop que envolvía a sus rockeros "adversarios" de disquería y se sumergió en una búsqueda más reposada, alternativa y sutil.

Sé de un conocido que dudaría en conmemorar el día de la madre. Todo porque es colocolino. Los marginales de las barras bravas llaman “madres” a los hinchas de su archirival futbolero sentando una supuesta paternidad histórica. Una soberana estupidez. Es el mejor ejemplo de un individuo monotemático.

Aquella especial raza es la que en más del 70% del día habla de lo mismo. Es una sola temática la que manejan usualmente, aquella dónde se sienten cómodos, a sus anchas. Parece un problema psico-cultural pero no es más, según yo, que simple flojera racional. Leer, instruirse, diversificar intereses es cuestión de echar mano al entorno no más. Hay mucho de dónde nutrirse. Es cosa que querer.

No niego que todos hemos sido monotemáticos en algún momento de nuestra vida. Cuando estuvimos enamorados, cuando nuestro equipo salió campeón, el día que tuviste un hijo, si es que se te murió alguien afín, si compraste un auto o te fuiste de vacaciones a un lugar paradisiaco, en fin. El efecto dura cierto tiempo, es constante y está dentro de lo normal. Asumo que también tuve “mis ratos monotemáticos”. Como todos…

Not Enough Time -INXS (Welcome To Wherever You Are, 1992): Muchas canciones me vuelan la cabeza, pocas me inspiran calma y desconexión. Esta -según mi humilde gusto personal- es la mejor canción del que a su vez me suena como el mejor disco en la productiva carrera de tan célebre banda australiana. Lejos del pop recalcitrante que los hizo conocidos, acá los oyes en estado de exploración permanente. Y parece que encontraron el tesoro de su propia perfección... Súbela, a ver si compartes...

Yo hablo de lo otro, de las fijaciones verbales que surgen a los tres minutos de conversación. El trabajo, el fútbol, la casa, la moto o el auto, los carretes, la pareja, la política… Me refiero al denominador común que consume el verbo de estos seres unidimensionales.

Será porque el asunto me sigue o yo me persigo mucho con él. En la casa, en la pega, los amigos o conocidos, siempre termino aburrido de los asuntos a tratar. El constante mutar –en el trabajo, en los círculos de personas, los ambientes de entretención- de contextos se hace apremiante, me aqueja y tiene directa relación con evitar los contenidos que ya me sé de memoria. A mi me ahuyenta el monotemático incurable. No me surte, me agobia.

Supongo que usted pasó por un intervalo idem. O porque lo marcó, porque hablaba de su orgullo, su tranca, su pasión, su carga… Es lo que gatillaba la conversación en confianza, o impostergablemente tras el segundo pisco sour, o lo que inspiraba la música triste, en fin.

O bien, usted es uno de esos seres que es monotemático por comodidad, de los que este post hablaba al principio. Si perteneces a ese grupo, supongo que a esta hora se puede ver el humo saliendo de tu cabeza…

Comente, argumente o simplemente recuerde lugares y experiencias comunes. Acá puede. Salvo algunos, los comentarios se caracterizan mayoritariamente por la amplitud de criterio.

Eso sí, trate de no ser monotemático… ¿ya?

Lo que escucho: Beatiful Girl - INXS (Welcome To Wherever You Are, 1992): Hay muchísimas canciones dedicadas a los hijos. Tal vez porque no hay momento de inspiración más oportuno, gigante, abrumador y prolífico que la llegada de ese ser que te cambia la vida, que de golpe te convierte, te obliga a evolucionar. Andrew Farriss, el gordo tecladista y guitarrista, uno de los genios detrás del grupo australiano le escribió esta preciosidad a su hija recién nacida, melodía que quedó grabada en la historia de la década. Nominada al Grammy como Canción de Año, un primoroso regalo ¿No?

# Opinó... RIPNE a las 4:39 p. m.